Un pendejo busca los ojos
de su muñeca de trapo,
dice que se los han robado
que se los han cambiado...
que alguien convenza a este pendejo
que su muñeca nunca tuvo otros ojos,
que tal vez el sol lo encandiló un momento
y vio otro color en esos ojos de vidrio,
que otro brillo pasajero se posó un momento sobre ellos,
que alguien le diga que nunca fue su muñeca!
que solo la tuvo prestada un tiempo,
que hay otro pendejo que antes la compro,
que jugó hasta aburrirse y la dejo de lado.
Pero ahi viene a reclamar
lo que por derecho es suyo,
ten! una pelota pendejo
y devuelvele a el su muñeca que ahora la quiere de vuelta.
Todos se divierten con su pelota,
este pendejo no quiere ser igual a todos
quiere su muñeca y recuerda
que cuando la encontro tenia los sueños rotos
las ansias descocidas,
y unos ojos sin brillo,
con calma y cuidado la tomó,
con sus ropas le pulió los ojos
para que volvieran a brillar
volvio a pegar sus sueños donde habian estado
hace mucho tiempo,
con una aguja e hilo zurció
esas ansias deshajadas,
y la vio como nueva,
casi vio como una sonrisa se dibujaba
en su rostro inherte de muñeca.
Y hoy con su pelota en la mano
el pendejo mañoso quiere su muñeca
que nunca fue suya,
la culpa de haberse marchado
y recuerda que no es posible,
las muñecas no se van
sus dueños las reclaman,
nadie le pidio que la zurciera,
nadie le pidio que la cuidara,
jamás nadie le dijo que era suya!

siempre supo que era de otro,
de aquel que jugaba un poco mas alla,
que vendría por ella y debia entregarla,
el pendejo decidio fingir jugar
con las pelotas que le dieran,
ninguna seria su muñeca,
jugar hasta romperlas y recibir otras,
tomo su aguja e hilo y los botó,
sabe que esa muñeca se descocera pronto
pero no será el quien la zursa esta vez...